La crisis sanitaria de la COVID-19 ha hecho que muchas escuelas hayan tenido que adaptarse a la enseñanza online, haciendo que las tizas y la pizarra no sean suficientes dentro de un modelo educativo híbrido. Este cambio no ha sido bien aceptado por todos, ya que hay quienes creen que la presencialidad en las aulas es esencial y desconfían de que las clases online sean igual de efectivas. Pero a veces el mundo cambia de forma repentina, y lo único que podemos hacer es adaptarnos.
Gracias a la pandemia, la tecnología que usábamos para nuestra vida personal se ha implantado también en el sector educativo un sector que se muestra reacio, en general, a la innovación tecnológica-, acelerando bruscamente la transformación digital, y haciendo que los docentes deban enseñar de una forma completamente diferente.
Este cambio no sólo debe venir de la mano de nuevas herramientas educativas tecnológicas, también debe priorizarse la formación digital de los docentes. Según indica el iEducation at a Glance1los profesores expresan que le falta capacitación en las TIC, y en una encuesta llevada a cabo por Unicef España?, más de la mitad de los docentes consultados consideraron «importante» abordar la formación docente para mejorar la calidad de la educación a distancia. Por ese motivo, es importante que los gobiernos y centros educativos inviertan, no solamente en plataformas o herramientas para mejorar la educación en línea, también en tomar medidas para formar docentes y apostar por una plantilla familiarizada con el entorno digital que permita una transformación más rápida y eficaz en todos los centros educativos, independientemente de si son públicos o privados.
Las nuevas perspectivas de trabajo remoto en el mundo laboral también facilitarán que la enseñanza online se implante progresivamente. La pandemia triplicó el número de trabajadores a distancia2 en España, y parece que ha llegado para quedarse en muchas grandes empresas. Esto permitirá la conciliación familiar de padres y madres, que podrán ahorrar tiempo en traslados al trabajo y pasar más tiempo en casa, un aspecto importante cuando los hijos deben quedarse en casa, por ejemplo, por motivos de salud. Y en este tipo de casos, los colegios y el profesorado pueden mantenerse en contacto con los estudiantes que permanecen en casa, sin que eso suponga un retraso en su evolución escolar.
Y cuando finalice la pandemia, ¿volveremos a la presencialidad? Es posible que los colegios retomen al 100% sus clases presenciales con alumnos. Pero los métodos de contacto online profesor- alumnos nos han descubierto un nuevo mundo que permitirá el desarrollo de tareas de forma más eficiente: los estudiantes podrán tener a su disposición materiales adicionales para poder indagar sobre el temario de las asignaturas, los profesores podrán buscar y entregar información a los estudiantes para poder aprender sobre diferentes áreas de forma telemática. Asimismo, la colaboración puede animar a los alumnos a relacionarse cuando no es posible encontrarse en el mismo espacio físico -por ejemplo, entre diferentes clases, cursos o colegios- y, al mismo tiempo, permitirá una mayor fluidez de la comunicación entre docentes. Para que nuestra sociedad siga siendo competitiva es importante facilitar un acceso más amplio a la educación superior. La enseñanza a distancia y las aulas digitales pueden servir para que más estudiantes participen en las clases. Pensemos en las zonas rurales, en las personas que se quedan en casa por diversas razones (personales o físicas). Hoy en día, los estudiantes que no pueden ir físicamente a la universidad no pueden estudiar, un problema que puede resolverse fácilmente con la tecnología. Y no debemos olvidar la relación entre profesores y padres y madres: donde antes no se contemplaba la opción digital, ahora se podrán establecer reuniones más ágiles a través de sistemas de videoconferencia.
En conclusión, está claro que la docencia académica no debe sustituir la presencial porque los profesores son el factor clave del sistema educativo. Pero no debemos ver el cambio digital como algo temporal y asociado sólo a la pandemia. La transformación digital en el ámbito educativo se implantará para siempre en nuestra sociedad, también en el sector educativo. Y todavía queda un camino largo de adaptación para satisfacer las necesidades de docentes y alumnos, siendo la inversión un factor clave, tanto en formación como en plataformas y nuevas herramientas, para que esta nueva realidad no sea solamente un escenario ideal, sino una realidad destinada a mejorar el sector educativo.