Por Yudeisi Quiaro
La infancia es la mejor época de la vida para adquirir buenos hábitos alimentarios, ya que estos, así como los demás modelos del comportamiento, son adquiridos por repetición y casi o completamente de manera involuntaria.
Son los niños los mejores receptores de los hábitos alimentarios establecidos, y estos son transmitidos de generación en generación. En general, las costumbres de las personas adultas son difícilmente modificables y son muy parecidas a las adquiridas en las etapas tempranas de la vida. Por ello, es muy importante una buena educación nutricional por cuanto redundará en el estado d nutrición y de la salud del adulto.
¿Cómo debe ser la alimentación ideal de los niños?
La alimentación de 0 a 6 meses:
Lactancia materna: El primer alimento que recibe un bebé es la leche, siendo la más idónea la materna que aporta todos los nutrientes que necesita, así como la hidratación suficiente como para que no sea necesario introducir ningún otro alimento durante este período.
Si es posible se recomienda alimentar al bebé exclusivamente con leche materna hasta el sexto mes.
Lactancia artificial: Se utiliza cuando la lactancia materna no es posible por parte de la madre, o por parte de los niños, por ejemplo: paladar partido que origina un paso de los alimentos a la nariz. También se puede recurrir a la lactancia artificial como complemento a la alimentación del niño. Son fórmulas adaptadas, basadas en leche modificada de vaca. Hoy en día son muy recomendadas aquellas hidrolizadas (sin lactosa) y de reses alimentadas solamente con pasto.
La alimentación de 6 a 12 meses
A partir de los seis meses se puede iniciar la alimentación complementaria, en la que pueden ir introduciéndose progresivamente alimentos adicionales y sustitutivos de la leche.
Cada nuevo alimento se agregará por separado y en cantidades pequeñas, sin forzar excesivamente. Se variará la forma de tomarlos, alternando el tetero con la cuchara, por ejemplo, que podría brindarse con comida dulce y líquida. Las papillas constituyen el plato fuerte de este período; pueden estar basadas en verduras, frutas o cereales. Es de resaltar que debe tomarse en cuenta aquellos que no contengan gluten, como el arroz y el maíz.
La alimentación de 1 a 3 años
Es frecuente que en este período los niños ingieran menos si lo comparamos con la cantidad de alimentos que consumían anteriormente, debido a que en esta etapa es más el cambio cualitativo (del lenguaje, sensorial, psicomotor, socio-afectivo) que el cuantitativo (crecimiento). En esta etapa deben ir incorporándose nuevos alimentos y crear menús que sean atractivos. Se recomienda evitar alimentos procesados, tales como jugos pasteurizados, refrescos, golosinas, embutidos, entre otros.
La alimentación de los 3 a los 6 años
A partir de los tres años los infantes ya tienen una alimentación muy variada y debe considerarse que sea lo más balanceada posible. Pueden incluirse carbohidratos, proteínas, tubérculos, legumbres y frutas, y evitar el abuso de dulces.
A partir de este momento lo ideal es que los niños tengan una dieta que dé respuesta a las necesidades nutritivas derivadas de actividad física, intelectual y emocional.
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