Por Yudeisi Quiaro
Es frecuente para muchos padres enfrentarse día a día con problemas para que sus hijos se nutran adecuadamente; por ello, hoy te ofrecemos varios consejos que pueden hacer de la alimentación un momento placentero para toda la familia.
- Incentiva la hora de la comida utilizando vajillas y utensilios con motivos infantiles.
- A partir de los tres años ya se recomienda que los niños coman en la mesa principal con el resto de familia; por lo general, este hábito influye positivamente en el infante. Realiza adaptaciones a su asiento para que esté lo más cómodo posible; almohadas o cojines serán de utilidad.
- Ofrécele a tu hijo alimentos nutritivos y variados. No hay que forzar las cantidades; como regla general las porciones no deben exceder el tamaño de su puño cerrado.
- Mantén un horario regular para las comidas y las meriendas, y ten en cuenta las siestas de tu hijo. Ofrece tres comidas regulares y dos o tres pequeñas meriendas nutritivas.
- Evita darle a tu niño una comida principal justo antes de la siesta, ya que es probable que esté demasiado cansado para comer. En su lugar, dale una pequeña merienda o algo de tomar y guarda la comida principal para cuando despierte.
- Las meriendas se dan entre las comidas principales; es decir, entre desayuno y almuerzo, y entre almuerzo y cena. Evita darle dulces o productos procesados (jugos pasteurizados, refrescos, galletas, cereales, entre otros). Son altamente recomendadas las frutas, los frutos, el yogurt, las gelatinas.
- Haz las comidas interesantes y divertidas. Los postres nutritivos son una parte valiosa de la comida; siempre que se pueda, incluye uno y nunca lo uses como una recompensa por comerse el plato principal. Ejemplos de postres nutritivos incluyen ensalada de frutas con yogurt, arroz con leche y fruta cocida (compotas) o una panqueca con trocitos de frutas. Evita, a toda costa, el exceso de azúcar.
- Siéntate a comer con tu niño tan a menudo como sea posible, y sirve alimentos nutritivos que también quieres que él ingiera. Los niños aprenden el gusto por los alimentos al probarlos, pero a menudo solo ingerirán aquellos que puedan ver si otras personas degustan. Recuerda que eres su modelo a seguir y anímalo haciendo comentarios positivos acerca de los alimentos durante las comidas, tales como “Mmm, esto está delicioso”, “Mmm, las zanahorias son mis vegetales favoritos”.
- Respeta las preferencias de tu hijo, pero no le prepares una comida completamente diferente a la del resto de la familia. Cada vez que puedas, ofrécele el mismo menú de los demás, pero asegúrate de que al menos uno de los alimentos sea algo que le agrada. Con el tiempo, los gustos cambian; de tal manera que es importante seguir ofreciéndole a tu niño todo lo que la familia disfruta cuando están en la mesa.