La inteligencia no es una garantía de éxito. Es una ventaja, pero no necesariamente un determinante. Así, hoy queremos hablar del modelo de los tres anillos y del planteamiento que hace para potenciar el comportamiento superdotado.
Pese a que se utilicen diferentes términos y definiciones, lo cierto es que existe un grupo de niños que sobresalen en cuanto a sus capacidades, habilidades y rendimiento. Genios, superdotados, talentos, niños brillantes, altas capacidades… Todos estos conceptos hacen referencia a realidades diversas, pero que, a pesar de sus diferencias, merecen atención en los contextos educativos y sociales. Y este es precisamente el objetivo que persigue la teoría de los tres anillos.
Esta propuesta, realizada por el psicólogo educativo Joseph Renzulli, parece ser una de las más completas y de las que, a efectos prácticos, ofrece mejores soluciones. Y es que postula que la inteligencia no es un factor unitario, sino que existen diversas clases y es necesario que se combinen diferentes elementos para poder hablar de sobredotación. Si quieres saber más al respecto de esta interesante teoría, te invitamos a seguir leyendo.
¿Qué es la teoría de los tres anillos?
Cuando hablamos de superdotación, existen dos corrientes enfrentadas. Por un lado, algunos autores postulan que solo se debe reconocer como parte de esta categoría a aquellos niños que, de hecho, demuestran de forma evidente unas capacidades o un rendimiento superiores a la media. Pero, por otro lado, hay quienes defienden que se debe considerar el potencial. Esto es, que se hace necesario identificar y apoyar a esos niños que, bajo las condiciones adecuadas, podrían desarrollarse y sobresalir.
Por lo mismo, la teoría de los tres anillos no es tanto un modelo de “identificación” o de diagnóstico, sino más bien un modelo de intervención educativa. El foco está puesto en potenciar esas condiciones que permitirían la aparición del comportamiento superdotado, y es que no se considera que este sea una característica estable y absoluta (que se tenga o no); más bien un conjunto de conductas que pueden desarrollarse dentro de un marco específico.
Capacidad cognitiva por encima de la media
Este factor hace referencia al pensamiento convergente, al nivel intelectual o a los rasgos cognitivos, que son los que tradicionalmente se han medido para detectar superdotación. Incluye aptitudes generales (como la memoria o el razonamiento espacial) pero también el desempeño en áreas específicas (como las matemáticas o la música).
La capacidad cognitiva se ha venido midiendo mediante test psicométricos y pruebas de inteligencia estandarizadas. Sin embargo, para determinarla, es fundamental que se utilicen también otros criterios y fuentes de información como el rendimiento escolar y los informes y las opiniones de las personas más cercanas al niño.
Creatividad
La creatividad hace referencia al pensamiento divergente, la originalidad, la capacidad de proponer un enfoque novedoso al abordar una tarea o cuestión. La visión, el ingenio y la capacidad de cuestionarse lo establecido son puntos clave en este elemento.
Compromiso con la tarea
Este último factor nos habla de la perseverancia, la fuerza de voluntad, la motivación o la implicación con la tarea que se aborda. Es, en suma, la capacidad para sumergirse profundamente en el problema y perseverar, persistir hasta alcanzar el propósito. Está relacionado también con la iniciativa y la confianza en uno mismo.
Según el modelo de los tres anillos, es necesario que estos tres elementos estén presentes e interactúen para que tenga lugar el comportamiento superdotado o la producción creativa. Todos ellos son igual de importantes.
Implicaciones de la teoría de los tres anillos
Este modelo y su particular visión del talento y la creatividad tiene unas implicaciones particulares:
- El comportamiento superdotado puede desarrollarse en ciertas personas y en determinadas circunstancias.
- La capacidad cognitiva es el factor más estable en el tiempo, mientras que la creatividad y la implicación dependen en gran medida del momento y el contexto. No es que la persona se vuelva más o menos creativa o perseverante, sino que la expresión de estos rasgos es variable.
- Una alta capacidad cognitiva, o un cociente intelectual elevado, no es suficiente para alcanzar el éxito escolar o profesional. De hecho, a partir de un cierto nivel intelectual, el éxito depende mucho más de factores como la creatividad o la motivación de logro.
- Todos aquellos niños que destaquen en algún área o presenten signos de precocidad en su desarrollo merecen intervenciones educativas apropiadas, incluso cuando aún no se pueda hablar de sobredotación o talento.
Este último punto es el más relevante. En ocasiones se considera que los niños talentosos o superdotados lo son y siempre lo serán y, por tanto, no es necesario intervenir desde el exterior. Pero lo cierto es que una inadecuada respuesta educativa, la falta de motivación o las malas relaciones sociales pueden afectar de forma negativa esas potencialidades sobresalientes y “apagarlas” o impedir su desarrollo.
Así, ya sea que un niño presente un talento aislado o varios combinados, precisa un enriquecimiento educativo que le ayude a convertir ese potencial o esa “alta capacidad” en un verdadero rendimiento superior. En otras palabras, la propuesta es utilizar estos tres anillos, y la interacción entre ellos, para permitir que realmente emerja el talento. Si queremos que el comportamiento superdotado se presente, es necesario alimentar no solo las capacidades intelectuales, sino también la creatividad y la implicación en la tarea.
Fuente: lamenteesmaravillosa.com