¡Querido diario!
Dejar de celebrar el día del amor y la amistad o de San Valentín como también es conocido, es verdaderamente un sacrilegio. Para este año tenía muchas ideas pero muy poco tiempo, ya que con tantas actividades a veces la rutina de la escuela puede resultar un tanto absorbente. Sin embargo, como siempre lo digo, en la planificación está el secreto del éxito, y para las maestras no es la excepción.
Para comenzar, me propuse elaborar un afiche para expresar mi cariño hacia los niños. Me gusta que mis estudiantes se sientan valorados y queridos en todo momento. Así que me puse manos a la obra y con papel bond, pintura y pincel en mano plasmé la frase: Ustedes llenan mi corazón de alegría. Desde luego que tenía que involucrar a mis estudiantes, así ellos tuvieron como tarea recortar muchos corazones rojos que formaron el marco del afiche.
Días antes de la fecha acordamos realizar un intercambio de chucherías. Esto emocionó muchísimo a los niños y como el grupo está formado por una cantidad impar, no me quedó más remedio que también participar del intercambio (algo sumamente difícil para mí).
La fecha llegó y recibí a mis estudiantes con el cartel terminado (no pudieron ver el resultado final hasta ese día). Quise darle un toque sorpresivo y dulce por lo que detrás de cada uno de los corazones que llevaban los nombres de los niños, coloqué una chupeta o paleta de caramelo.
Iniciamos la jornada con una lectura de la historia de san Valentín y el por qué se celebra este día. Es importantísimo que expliquemos la razón y el origen de las cosas. Hoy en día los niños siempre quieren ir más allá y no les gusta quedarse con ninguna duda.
Siempre me gusta realizar sesión de preguntas y respuestas después de una lectura o de explicar algún tema, los niños van levantando sus manitos para aclarar dudas o expresar su opinión. Con esto aprenden a esperar su turno y respetar las opiniones de los demás.
Para hacer el intercambio de chucherías, propuse jugar Mi otra mitad, y como yo no desaprovecho cualquier oportunidad para enseñar, elaboré tarjetitas con dúos de palabras sinónimas para que cada participante tomara una y de este modo conformar las parejas.
Al finalizar el intercambio entregué a cada niño un lindo brazalete de la amistad que elaboré con cartulinas metalizadas.
La idea la tomé de este vídeo.Son muy fáciles de hacer y requieren pocos materiales.
Casi olvidaba contar que también este día tuvimos la Reina del Amor y la Amistad. Y como chocolate es casi un sinónimo de amor, terminamos la jornada con una deliciosa torta de chocolate elaborada por una de las madres de mis niños.
En resumen, otro fantástico día de escuela.
Enseñar para la vida, ese es mi propósito!…Pronto te seguiré contando mis aventuras!