Es un día proclamado por la Organización de las Naciones Unidas en 1994, estableciendo su celebración los 17 de junio de cada año. Su principal objetivo es crear conciencia de la importancia que tiene para los seres humanos y el planeta, abordar y dar soluciones a los problemas de desertificación y sequía; los cuales representan una grave problemática en el presente y en el futuro de la humanidad.
Actualmente la desertificación afecta a más de 110 países en todo el mundo y cada año se pierden 6 millones de hectáreas de tierras productivas.
En el año 2.021 el Día Mundial contra la Desertificación y la Sequía se centra en la campaña Suelo sano: gente sana; cuyo principal propósito es transformar las tierras degradadas, en tierra sanas. Esta campaña contribuirá a:
-La resiliencia económica.
-Generación de fuentes empleos.
-Aumento de los ingresos.
-Alcanzar una mayor seguridad alimentaria.
-Recuperar la biodiversidad y áreas verdes.
-Disminuir el efecto del cambio climático, mediante la captura del carbono atmosférico que calienta la Tierra.