El juego es el trabajo de la infancia, como dijo el famoso psicólogo Jean Piaget. Los niños aprenden jugando habilidades motrices, lingüísticas, matemáticas, sociales y emocionales que les servirán para toda la vida. El juego también estimula la creatividad, la imaginación y la curiosidad de los niños, que son fundamentales para la innovación y el aprendizaje en el siglo XXI.
Pero, ¿cómo podemos ayudar a los niños a aprender a través del juego? Aquí te damos algunas recomendaciones:
- Ofrece oportunidades y espacios para jugar. Los niños necesitan tiempo y espacio para jugar libremente, sin presiones ni interrupciones. Busca lugares seguros, cómodos y variados donde los niños puedan moverse, manipular objetos, crear, fantasear y socializar. También puedes proporcionarles materiales y juguetes que estimulen su interés y su imaginación, como bloques, plastilina, disfraces, libros, instrumentos musicales, etc.
- Respeta el ritmo y los intereses de los niños. Cada niño tiene su propio estilo y preferencia de juego. Algunos son más activos, otros más tranquilos; algunos prefieren jugar solos, otros en grupo; algunos eligen juegos más estructurados, otros más libres. Lo importante es que los niños puedan elegir lo que quieren jugar y cómo quieren jugar, sin imponerles nuestras expectativas o criterios. Déjalos que sean los protagonistas de su juego y que lo disfruten a su manera.
- Participa en el juego de los niños. Jugar con los niños es una forma de demostrarles nuestro afecto, nuestra atención y nuestro respeto. También es una oportunidad para conocerlos mejor, para compartir experiencias y para aprender juntos. Podemos jugar con los niños siguiendo sus iniciativas, sus reglas y sus roles, sin dirigir ni controlar el juego. Podemos hacerles preguntas abiertas, escuchar sus respuestas, elogiar sus logros, ayudarles a superar sus dificultades y divertirnos con ellos.
- Fomenta el juego social. El juego social es aquel que implica la interacción con otros niños o adultos. A través del juego social, los niños aprenden a comunicarse, a cooperar, a negociar, a resolver conflictos, a respetar y a empatizar con los demás. Para favorecer el juego social, podemos ofrecer a los niños oportunidades para jugar con otros niños de su edad o de diferentes edades, con diferentes habilidades y características. También podemos enseñarles a los niños estrategias para iniciar, mantener y terminar el juego de forma positiva, como saludar, presentarse, invitar, pedir, compartir, turnarse, agradecer, etc.
- Integra el juego en el aprendizaje. El juego no es solo una forma de ocio, sino también una forma de aprender. Podemos aprovechar el juego para introducir, reforzar o ampliar los contenidos y las competencias que queremos que los niños aprendan, ya sea en el ámbito escolar o familiar. Por ejemplo, podemos usar juegos de mesa para practicar el cálculo, la lectura o el razonamiento lógico; podemos usar juegos de rol para trabajar la expresión oral, la comprensión lectora o el conocimiento del medio; podemos usar juegos creativos para desarrollar la escritura, el dibujo o la música. Lo importante es que el juego sea divertido, desafiante y significativo para los niños.
El juego es una de las mejores formas de ayudar a los niños a aprender, porque les permite desarrollar todo su potencial de forma natural, placentera y autónoma. Como adultos, tenemos la responsabilidad y el privilegio de acompañar a los niños en su juego, de apoyarlos, de estimularlos y de aprender de ellos. Jugar con los niños es una inversión en su presente y en su futuro, y también en el nuestro.
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